MINHAJ

La historia de Minhaj, un bebé que sobrevivió a Somalia gracias a un campo de refugiados, ha dado la vuelta al mundo. Es una historia que nos habla de esperanza, del poder de la solidaridad. Sirve su divulgación para mantener la atención sobre la necesidad de seguir apoyando la labor impagable que realizan las ONG. Apoyando con aportaciones económicas y con el respaldo moral a los miles de voluntarios que hacen posible que esas ayudas se materialicen. Sirve esta historia para concienciarnos de la importancia de los campos de refugiados, a los que llegan diariamente miles y miles de desplazados, miles y miles de personas huyendo del horror.
Pero el hecho de reconocer su importancia no debe hacer que equivoquemos el punto de vista. Las ONG existen para paliar de algún modo la falta de actuación de nuestros gobiernos. Los campos de refugiados no dejan de hacer la función de apósitos en la gran herida que día a día alimentamos. Es esta hipocresía tan occidental nuestra: creamos campos de refugiados y mantenemos gobiernos opresores, corruptos; les mantenemos con armas y con golpecitos en el hombro.
La imagen de Minhaj está dando la vuelta al mundo, mostrándonos que es posible salvar vidas cuando nos "ponemos" a ello. El mejor modo de "ponernos" es exigir que se acabe con la especulación alimentaria. Sólo de ese modo habremos llegado al punto en que no harán falta las tiritas.

http://www.20minutos.es/noticia/1216422/0/campo-refugiados/desnutricion-somalia/minjah-gedi-farah/