Hoy se cumplen 75 años de la histórica defensa de Madrid. Desde aquí, mi granito de arena en el homenaje a las personas que dieron su vida por unas ideas.
«La batalla de Madrid, como acontecimiento militar, tuvo un jefe, un conductor que, como tal, gobernó el suceso afrontando con entereza una responsabilidad inmensa, y una masa que, como ejecutante, lo llevó a cabo con abnegación; el conductor fue el general Don José Miaja Menant; la masa, el pueblo español. A ellos corresponde la gloria que del suceso narrado pueda desprenderse.»
- Vicente Rojo, jefe de Estado Mayor de la Defensa de Madrid-
75 años después, los madrileños retoman su pancarta. Gracias, Marisa por la fotografía actual.
(Añadida el 8/11/2011)
Agosto-septiembre, 1936
Calle Preciados. Remolque usado como vagoneta para desescombrar.
Calle Preciados
Farmacia El Globo, en la Plaza Antón Martín. Bombardeada en diciembre de 1936. Fotografía de 1937
La manguera apaga los rescoldos. Invierno 1936-1937
Ministerio de la Gobernación. Puerta del Sol
Puerta del Sol, esquina con calle Montera
Puerta del Sol, esquina de La Mallorquina
Puerta del Sol. El cráter ha alcanzado el tunel del metro.
Me he permitido robar algunos enlaces de la página de una muy querida amiga madrileña (gracias, Paloma).
7 de Noviembre: Día de la Defensa de Madrid
PABLO NERUDA - Madrid (1936)
No pasarán! cantado por Joan Manuel Serrat
Defensa de Madrid
Madrid, corazón de España,
late con pulsos de fiebre.
Si ayer la sangre le hervía,
hoy con más calor le hierve.
Ya nunca podrá dormirse,
porque si Madrid se duerme,
querrá despertarse un día
y el alba no vendrá a verle.
No olvides, Madrid, la guerra;
jamás olvides que enfrente
los ojos del enemigo
te echan miradas de muerte.
Rondan por tu cielo halcones
que precipitarse quieren
sobre tus rojos tejados,
tus calles, tu brava gente.
Madrid: que nunca se diga,
nunca se publique o piense
que en el corazón de España
la sangre se volvió nieve.
Fuentes de valor y hombría
las guardas tú donde siempre.
Atroces ríos de asombro
han de correr de esas fuentes.
Que cada barrio a esa hora,
si esa mal hora viniere
-hora que no vendrá-, sea
más que la plaza más fuerte.
Los hombres, como castillos;
igual que almenas sus frentes,
grandes murallas sus brazos,
puertas que nadie penetre.
Quien al corazón de España
quiera asomarse, que llegue.
¡Pronto! Madrid está cerca.
Madrid sabe defenderse
con uñas, con pies, con codos,
con empujones, con dientes,
panza arriba, arisco, recto,
duro, al pie del agua verde
del Tajo, en Navalperal,
en Sigüenza, en donde suenen
balas y balas que busquen
helar su sangre caliente.
Madrid, corazón de España,
que es de tierra, dentro tiene,
si se le escarba, un gran hoyo,
profundo, grande, imponente,
como un barranco que aguarda...
Sólo en él cabe la muerte.
late con pulsos de fiebre.
Si ayer la sangre le hervía,
hoy con más calor le hierve.
Ya nunca podrá dormirse,
porque si Madrid se duerme,
querrá despertarse un día
y el alba no vendrá a verle.
No olvides, Madrid, la guerra;
jamás olvides que enfrente
los ojos del enemigo
te echan miradas de muerte.
Rondan por tu cielo halcones
que precipitarse quieren
sobre tus rojos tejados,
tus calles, tu brava gente.
Madrid: que nunca se diga,
nunca se publique o piense
que en el corazón de España
la sangre se volvió nieve.
Fuentes de valor y hombría
las guardas tú donde siempre.
Atroces ríos de asombro
han de correr de esas fuentes.
Que cada barrio a esa hora,
si esa mal hora viniere
-hora que no vendrá-, sea
más que la plaza más fuerte.
Los hombres, como castillos;
igual que almenas sus frentes,
grandes murallas sus brazos,
puertas que nadie penetre.
Quien al corazón de España
quiera asomarse, que llegue.
¡Pronto! Madrid está cerca.
Madrid sabe defenderse
con uñas, con pies, con codos,
con empujones, con dientes,
panza arriba, arisco, recto,
duro, al pie del agua verde
del Tajo, en Navalperal,
en Sigüenza, en donde suenen
balas y balas que busquen
helar su sangre caliente.
Madrid, corazón de España,
que es de tierra, dentro tiene,
si se le escarba, un gran hoyo,
profundo, grande, imponente,
como un barranco que aguarda...
Sólo en él cabe la muerte.
Rafael Alberti
Desde aquí el recuerdo y el agradecimiento a todas esas personas. Y el cariño a todos mis amigos madrileños que siguen luchando y defendiendo unas ideas. Un beso, Paloma, Julián, Mila, Rafa, Marisa, Ainara...
Un besazo enorme ¡¡¡Seguiremos luchando contra el fascio!!!
ResponEliminaEstoy segurísima!
ResponElimina