dimarts, 28 de febrer del 2012

El porqué desaparecen los "buenos días"

No hace demasiado yo solía dar los buenos días en mi muro de facebook. Y solía acompañarlo con una imagen o una música que ayudaran a emprender el día con optimismo, con ganas de batallarlo. Hace meses que no lo hago. No he dejado de dar las buenas noches, pero me cuesta lo de los "buenos días". Quizá es que me suena a falso, a hueco. Y yo puedo ser muchas cosas, pero todo lo que no sea auténtico, lo que no salga de dentro, me produce alergia. Qué le vamos a hacer!
No había reparado en ello -en ese abandono del deseo matinal-. Pero hoy, leyendo un artículo de Isabel Coixet, lo he pasado a mi lado consciente.
No he encontrado el artículo en la red. Así que valga una fotografía y la traducción casera. Porque sí, quiero traducirlo, ya que la mayoría de personas que leen mis tonterías en fb son castellanoparlantes.




ME GUSTARÍA

Me gustaría escribir un artículo alegre, optimista, de aquellos que levantan la moral de cualquier persona. Me gustaría escribir haikus sobre los brotes verdes y la primavera que llega y las golondrinas que vuelven. Me gustaría que estuvieramos ya en 2015, cuando se supone que "lo peor habrá pasado". Me gustaría salir a la calle y no encontrarme con amigos que pierden su empleo y no ver en sus ojos el miedo de no encontrar ningún otro. Me gustaría que los amigos que todavía trabajan no vivan con la angustia de perder ese trabajo. Me gustaría no ver un programa más de televisión sobre la vida de los ricos y sus salones de lujo, con Lamborghini de medio millón de euros y sus relojes de brillantes de millón. Me gustaría despertarme un día y no ver en directo cómo un juez le pregunta sin el menor rastro de empatía, simpatía o cortesía a una señora octogenaria vestida de negro, que hace un titánico esfuerzo por explicar la tragedia que se llevo a sus padres, por qué decidió denunciar los hechos.
Me gustaría muchísimo no tener que leer en determinados periódicos que se venden en los quioscos al lado de Vogue y los coleccionables de los niños cómo se denigra públicamente, con una aterradora falta de respeeto, a esta misma mujer enlutada y de cabellos blancos que sabe que su madre está enterrada en una fosa común y que lo único que quiere es llevarla a un lugar en el que su muerte tenga un poco de sentido. Me gustaría no escuchar a los profesionales de la queja ejerciendo en los bares, mientras comen unas anchoas. Me gustaría no volver a oir una palabra sobre las luchas internas del partido que hasta hace poco estaba en el poder. Me gustaría saber por qué este partido no cortó en seco los sueldos astronómicos de los altos cargos de entidades financieras intervenidas por el Estado y, en cambio, el que manda ahora sí lo ha hecho.
Me gustaría que el Gobierno dejara en paz a las mujeres que quieren abortar. O que prohiban el aborto, si tan criminal les parece, pero que hagan que las guarderías sean gratuitas. Y los pediatras. Y las escuelas. Y que hagan la vida mucho más fácil a las madres que sacan adelante a sus hijos más solas que la una.
Me gustaría saber por qué hay compañías aéreas que cierran y otras que siguen funcionando. Me gustaría saber, si Camps es inocente, por qué no vuelve a ser presidente de la Comunitat Valenciana. Me gustaría saber por qué Telefónica maniene en un alto cargo a un hombre alto acusado de cosas tremendas, por las cuales a cualquier ciudadano corriente ya le hubieran empapelado. Me gustaría saber en qué estaba pensando la esposa del señor alto cuando compraba los quilómetros de cortinas de un chalet enorme, que teóricamente no se puede pagar con cuatro informes penosos sacados de internet. Me gustaría pensar que el amor cegaba a esta mujer. Me gustaría saber cómo hacer una buena tortilla de alcachofas. Sí, me gustaría.

Isabel Coixet
Directora de cine
LA MEVA PRECIOSA BUGADERIA.
Y a mi me gustaría darle las gracias a Isabel. Por describir tan bien la indignación de muchos. Y por su sensibilidad.

2 comentaris:

  1. bueno pues yo doy los buenos días y tú las buenas noches. Es verdad lo que dice Isabel pero... hay que seguir;)

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  2. Hay que seguir, aunque a veces no se sabe bien por dónde. Trato hecho, yo siempre he sido mucho más lechuza que alondra ;)

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