...
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.
G.R.
...
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,...
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.